Aunque al químico e inventor Otto Rohm desarrolló la idea del plexiglás en 1901, no fue hasta 1933 que la compañía Rohm & Haas lo introdujo por primera vez en el mercado con el nombre comercial Plexiglas. El material, considerado como una alternativa liviana y resistente al vidrio, ha tenido una historia fascinante y ha experimentado una multitud de usos diferentes. Hoy, el plexiglás se sigue utilizando de formas nuevas e interesantes, incluso como un medio potencial para ayudar a combatir la propagación del Coronavirus. Restaurantes, tiendas y otros espacios han comenzado a usar particiones de plexiglás como escudos protectores tanto para trabajadores como para clientes, especialmente a medida que las ciudades y pueblos se vuelven a abrir lentamente. A continuación, nos sumergimos en este inusual material, abordando sus propiedades materiales, su historia y las formas en que se sigue utilizando hoy en día.
También conocido como acrílico, vidrio acrílico o científicamente como Polimetilmetacrilato (PMMA), el plexiglás es un termoplástico transparente a base de petróleo típicamente fabricado en láminas. Es un material fuerte, resistente y liviano, con una mayor resistencia al impacto que el vidrio. También es útil para aplicaciones en exterior, ya que presenta una mayor estabilidad ambiental que la mayoría de los plásticos, como el poliestireno y el polietileno. Estas ventajas, combinadas con otras propiedades que incluyen una larga vida útil, transmisión de luz efectiva y procesamiento simple, hacen que el plexiglás sea una invención muy útil. Sin embargo, los productos de plexiglás rara vez utilizan PMMA puro, sino que modifican el material para optimizar aún más sus propiedades. Dichas modificaciones incluyen la incorporación de acrilato de butilo para mejorar la resistencia al impacto, ácido metacrílico para permitir usos a temperaturas más altas, o la aplicación de colorantes para manejar sus tonalidades, entre muchos otros.
Después de la invención del plexiglás a principios de 1900, el material se usó rápidamente para una gran variedad de aplicaciones diferentes, incluyendo la fabricación de instrumentos, anteojos y cubiertos. Sus fabricantes no solo surgieron de la compañía Rohm & Haas, sino también de las Imperial Chemical Industries del Reino Unido (quienes registraron el nombre de Perspex) y la compañía DuPont de los Estados Unidos (que registró el nombre de Lucite). Durante la Segunda Guerra Mundial, la industria del plexiglás creció dramáticamente debido al uso del material en las cabinas de los aviones. El personal de la compañía Rohm & Haas, por ejemplo, aumentó diez veces durante esta época. Después de la guerra, el plexiglás empezó a utilizarse en aplicaciones arquitectónicas, incluyendo carteles publicitarios iluminados, techos de vidrio y el diseño de fachadas. En los años 60 y 70, el plexiglás también se usaba en instalaciones sanitarias y revestimientos de invernaderos.
Hoy en día, el plexiglás se utiliza para una gama extremadamente amplia de aplicaciones. Como un sustituto del vidrio transparente, habitualmente se usa en acuarios, puertos de observación en submarinos, focos de automóviles, ventanas de aviones protección de espectadores en pistas deportivas, vehículos de control antidisturbios, focos de faros y muchos más. También se usa en varios campos médicos, incluyendo algunas cirugías, materiales de odontología y anteojos.
Arquitectónicamente, el plexiglás se puede usar en ventanas, y es aplicado con mayor frecuencia en tragaluces debido a su fácil mantenimiento y resistencia a la intemperie. También se usa habitualmente en baños, más específicamente en duchas, ya que son antideslizantes e inastillables y mitigan el riesgo de lesiones graves en caso de golpe. Estas ventajas además hacen del plexiglás un material útil para muebles, especialmente para estantes, taburetes y mesas. Finalmente, el plexiglás también se utiliza en aplicaciones arquitectónicas más especializadas: su transmisión de la luz solar, resistencia a la rotura, resistencia a la intemperie y tendencia a acumular poca suciedad lo convierten en el material ideal para la construcción de invernaderos y paneles solares.
Con los requisitos de seguridad del COVID-19, que requieren de intervenciones arquitectónicas temporales en restaurantes, tiendas y pequeñas empresas, el plexiglás está adquiriendo otro rol. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los mercados de alimentos y las tiendas de comestibles utilicen vitrinas de plexiglás para servir productos horneados y autoservicios en lugar de exhibir abiertamente productos alimenticios sin envolver. Las tiendas de comestibles y las farmacias también han estado instalando paneles de plexiglás transparentes en las zonas de pago para limitar la propagación viral entre clientes y trabajadores. A medida que las empresas y oficinas se reabran lentamente, se espera que el uso de particiones de plexiglás siga aumentando, y algunas oficinas planean agregar barreras entre escritorios o incluso entre lavamanos. El plexiglás también se está agregando en restaurantes, cines y salones de belleza para limitar el contacto no solo entre trabajadores y clientes, sino también entre los propios clientes.
Estas particiones de plexiglás pueden tomar muchas formas, y aunque la mayoría son simples barreras de láminas ubicadas entre las mesas de los restaurantes, algunos equipos de diseño han buscado implementar elementos que sean a la vez efectivos y estéticamente agradables. Christophe Gernigon Studio, por ejemplo, diseñó recientemente una burbuja de protección llamada PLEX’EAT, que se puede instalar sobre cualquier tipo de asiento o mesa, protegiendo a los usuarios incluso en entornos abarrotados o espacios que requieren una interacción cercana. Un ejemplo obvio es en restaurantes, donde se pueden instalar burbujas sobre toda la mesa o incluso sobre cada asiento. Otras opciones incluyen su instalación sobre escritorios en aulas y recepciones, o en asientos de salas de conferencias.
El plexiglás es un material versátil con propiedades que facilitan su uso generalizado en una gran variedad de industrias, incluida la arquitectura y el diseño. Las aplicaciones del plexiglás han variado a lo largo de su historia de más de un siglo, adaptándose a las nuevas necesidades y los cambios históricos a medida que surgen. La pandemia de COVID-19 ha requerido una respuesta global no solo en los gobiernos sino también en corporaciones e industrias, incluidas las compañías de equipos médicos, fabricantes de mascarillas y, en este caso, fabricantes de plexiglás. Hoy en día, las propiedades del plexiglás vuelven a ser útiles, y es extremadamente importante revisar sus consideraciones ambientales y sus niveles de reciclabilidad, ya que posiblemente su uso aumentará en el futuro cercano.
Revisa algunos proyectos que incorporan plexiglás en sus diseños.